Felipe V, el primer Borbón, se enamoró de este lugar rodeado de pinares y altas montañas de la sierra de Guadarrama, a 12 kilómetros de Segovia, y fue tal el flechazo que decidió que aquí estaría su residencia estival. El terreno era propiedad de los monjes jerónimos del monasterio del Parral, que tenían allí una pequeña ermita y una granja, de la que dicen se tomó el nombre del Real Sitio. Sobre él levantaría un palacio y unos jardines adornados con esculturas y fuentes que le recordaran su infancia en la corte francesa.
El pequeño Versalles, que se convirtió en retiro favorito del monarca para disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad, cumple 300 años en 2024 y para un aniversario tan redondo se han organizado un programa de actividades que se extenderá entre los meses de abril y octubre y que incluye la apertura de nuevos espacios al público y visitas guiadas y gratuitas para conocer cómo fue la vida palaciega y los secretos de las fuentes.
Diez razones para perderte (sin perderte) en la sierra de Guadarrama
