Desde que Kate Middleton fuese operada, antes de conocer que padecía cáncer, el príncipe Guillermo ha supeditado su agenda a las necesidades de su esposa y sus tres hijos. Por eso, cualquier avance o movimiento en su actividad institucional se lee en relación a la evolución de su esposa. Tras unas semanas fuera de la vida pública después de que la princesa de Gales anunciase que se estaba sometiendo a un tratamiento de quimioterapia preventiva, ha retomado paulatinamente su agenda y ahora ha dado un nuevo paso que hace pensar que la salud mujer va por el buen camino.
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El jueves el príncipe de Gales emprenderá su primera visita oficial a Cornualles desde que es duque, lo que implica que pasará una noche fuera de Adelaide Cottage. Es la primera vez desde que se conocieron los problemas de salud de Kate que no dormirá en Windsor lo que hace pensar que solo tomaría esta decisión si todo avanza positivamente para su mujer. En los últimos actos en los que ha participado ya había contestado a algunos ciudadanos que le preguntaban por la Princesa que se encontraba bien y este movimiento parece confirmarlo.
Está previsto que en la primera parte de su viaje, el príncipe Guillermo conozca el primer proyecto de viviendas para personas sin hogar del ducado de Cornualles que se construirá en la ciudad de Nansleden. Al día siguiente se dirigirá a las islas de Scilly. Allí visitará el puerto de Saint Mary y después un hospital de la misma localidad. Según el diario The Times, el heredero planea seguir incrementando su agenda pública durante los próximos dos meses, es decir, antes del periodo estival cuando previsiblemente se tome un descanso con su familia igual que hizo en Semana Santa, poco después del anuncio de Kate que impactó al mundo.
Desde que retomara sus actividades a medio gas, el príncipe de Gales tendía a agrupar dos eventos en un mismo día lo que quizás le liberaba el resto de días de la semana. Esta dinámica, por tanto, podría cambiar a partir de ahora, aunque el cambio es paulatino. Este miércoles ha presidido unas investiduras en el castillo de Windsor, pero por la tarde no ha asistido a ningunos de los actos en los que se encontraba su familia. Por un lado, el príncipe Harry ha regresado a Londres para celebrar el décimo aniversario de los Juegos Invictus en la catedral de San pablo, en el centro de Londres. Era altamente improbable que su hermano hubiera estado allí dada su maltrecha relación y teniendo en cuenta que el resto de la familia se encontraba arropando a Carlos III y la reina Camilla que inauguraban en el Palacio de Buckingham la temporada de las fiestas de jardín. Dos actos que escenificaron a la perfección la ruptura entre Harry y los Windsor.
